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Pico Urriellu

Actualizado: 30 nov 2021


Muchos de vosotros os preguntareis a que hace referencia el título de esta entrada. Sin embargo, esto cambiaría si os hablase del Naranjo de Bulnes, una de las más renombradas cimas de la Orografía nacional, con una pared, la oeste, que ha sido y es un hito en el mundo de la escalada a nivel mundial.

En el corazón del Parque Nacional de los Picos de Europa, en el Macizo Central o de los Urrieles, y dentro del Concejo de Cabrales, se encuentra esta conocida montaña, de 2.519m de altura, y a quien por primera vez, Schultz, denominó Naranjo de Bulnes en la versión de 1855 de su mapa topográfico de Asturias, aunque su nombre original y por el que los locales siempre lo han conocido es el de Pico Urriellu.

El devenir de este Pico esta plagado de grandes y renombradas aventuras, de búsqueda de sueños, de hazañas y, todo hay que decirlo, también de dramatismo; pero dos nombres propios destacan sobre todos los demás en la apasionante historia de esta increíble cumbre. Estos son los de Gregorio Pérez Demaría “El Cainejo” y don Pedro José Pidal, Marqués de Villaviciosa, primeros en acometer su escalada y lograr hollar su cima.

Tras la rápida e imparable conquista, durante el siglo XIX, de las altas cimas de los Alpes, otras regiones europeas de accidentada orografía empiezan a sufrir el acoso de los incipientes grupos de alpinistas y escaladores que buscaban por entonces lograr la coronación de las más altas y difíciles cimas. Los Picos de Europa pronto empiezan a ser objetivo de estos intrépidos y valientes aventureros, de manera que a lo largo de la segunda mitad de dicho siglo ya habían sido conquistadas cimas como las de La Torre del Llambrión, Torre de Salinas, Morra de Lechugales, Torrecerredo, Peña Santa, Torre Santa de Enol… Todas ellas de más de 2.400 metros de altitud. A pesar de todos estos logros a principios del siglo XX el Pico Urriellu aún era considerado inexpugnable. Sus paredes tremendamente verticales y lisas hacían pensar que ningún intento de ascensión podría ser fructífero, y es aquí donde las personas de Pedro Pidal y El Cainejo entran a formar parte de la Historia del Alpinismo y del propio Naranjo de Bulnes. Tanto uno como el otro habían ascendido ya algunas de las más emblemáticas cimas de los tres macizos, y ahora a iniciativa del Marqués de Villaviciosa, y con la intención de que no fuese un extranjero quién por primera vez coronase la cumbre del famoso coloso de caliza, juntos emprenderían una de las mayores hazañas del montañismo de todos los tiempos.

Tras estudiar durante largo tiempo todas las caras del pico, Pedro Pidal decide que la ruta de ascenso será la gran brecha que recorre de arriba a abajo su vertical cara norte, y así el viernes 5 de Agosto de 1904, tras la aproximación por Camburero emprenden la subida por la Canal de la Celada desviándose, alrededor de los 2.200 metros de altitud, a la derecha, sobre una expuesta travesía que les depositará al pie de la brecha. Con unas simples alpargatas el Marqués, y descalzo El Cainejo , emprenden el definitivo ascenso a cima a través de esta chimenea, tomando el segundo la iniciativa. No narraremos aquí los muchos pormenores de la ascensión, baste decir que, tras numerosas dificultades, la cima del Naranjo sería conquistada.

Si penosa fue la subida, podremos hacernos cuenta de cuanto no lo sería el destrepe, acometido además envueltos en una espesa niebla que no permitía apenas intuir los pasos a seguir hacia la base.

En la cumbre quedó un enorme montículo de piedras que sería prueba duradera de su proeza para los futuros escaladores que tarde o temprano se aventurarían a seguir sus pasos. Pero esta ya es otra historia…

Para aquellos que como a mí les interese profundizar más en la apasionante historia del Naranjo de Bulnes en general y de estos dos audaces compañeros en particular, les recomiendo dos lecturas entre muchas otras posibles:

  • El Naranjo de Bulnes. El Cainejo y Caín. Ediciones Lancia. Ramón Lozano Álvarez. Santiago Morán Garrido. Isidoro Rodríguez Cubillas.

  • Las Historias del Naranjo de Bulnes. Editorial Laria. Francisco Ballesteros Villar.

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